miércoles, 5 de agosto de 2009

Teorizando sobre el deseo


La capacidad de desear físicamente a una persona es de las más fuertes que puede sufrir un ser humano, pero ésta se multiplica exponencialmente cuando el deseo no es sólo físico sino que va ligado a su carácter, a su forma de hablar, de mirar o a su pensamiento. En ese momento el cuerpo da igual que sea más o menos de tu agrado ya que, simplemente, se convierte en el reflejo físico de tus actos, en tu herramienta para volver loca a esa persona, ver como se retuerce de placer entre tus manos, el recorrer de tus labios, el dibujar de tu lengua y el calor húmedo de vuestros cuerpos en definitiva.

El deseo no atiende a lógica, puede contenerse pero no borrarle, en todo caso, a duras penas, difuminarlo. A su vez, este mismo deseo se basa en el comportamiento lógico y básico de acción-reacción. El deseo implica la acción aunque muchos la clasifican como reacción.

Música: The Killer And the Star - Angel Falls